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Exprimir salud, no tu cuerpo

Prevención de lesiones en trabajos informales


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Hace unos días conversé con una vendedora de jugos de naranja. Me contó que, después de cinco años exprimiendo frutas todos los días, comenzó a sentir un dolor constante desde la mano hasta el hombro. A esto se sumaba el adormecimiento y el cansancio que arrastraba al llegar a casa, donde además debía cumplir con las labores del hogar.


Su historia no es un caso aislado. Como fisioterapeuta lo veo con frecuencia: hombres y mujeres que trabajan en la venta informal viven entre el esfuerzo diario y un cuerpo que empieza a doler. No porque hagan mal su trabajo, sino porque las tareas repetitivas —exprimir, cortar, cargar, estar de pie por horas— terminan pasando factura.


El cuerpo, tarde o temprano, cobra la cuenta.


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¿Qué es un movimiento repetitivo?


Se trata de acciones que realizamos una y otra vez, sin suficiente descanso ni cambio de postura. Algunos ejemplos cotidianos:

  • Exprimir frutas manualmente durante largas horas.

  • Cortar repetidamente la fruta.

  • Alzar y bajar el hombro de forma continua para exprimir, con fuerza en codo y muñeca.


Las consecuencias invisibles del esfuerzo diario


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Al inicio son pequeñas molestias, pero con los años pueden convertirse en lesiones serias:

  • Dolor en hombros, codos, muñecas o espalda.

  • Hormigueo o entumecimiento en las manos.

  • Tendinitis o síndrome del túnel carpiano.

  • Problemas de columna como hernias o lumbagos.


De hecho, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 60% de los trabajadores informales reportan molestias musculoesqueléticas que afectan su productividad y calidad de vida.



4 claves para prevenir el dolor y cuidar tu cuerpo


Tu cuerpo es tu herramienta de trabajo más valiosa. Protegerlo no es un lujo, es una necesidad. Aquí algunos cambios simples que marcan la diferencia:

  1. Tiempos de descanso: haz pausas cortas, cambia de postura y estira tus músculos.

  2. Alterna brazos: usa la mano contraria en algunas tareas para evitar sobrecargar un solo lado.

  3. Organiza tu espacio: coloca los utensilios a la altura de los codos; evita inclinarte demasiado.

  4. Escucha a tu cuerpo: el dolor no es normal. Si aparece, busca atención médica o fisioterapéutica a tiempo.


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Reflexión final: tu salud también merece cuidado


Trabajar no debería enfermar. Los pequeños cambios diarios pueden evitar grandes problemas mañana. No ignores el dolor, porque es la señal de que tu cuerpo necesita atención.


Cuida de ti mismo como cuidas de tu trabajo. 


Así, cada jugo, cada venta y cada esfuerzo será también un acto de bienestar, no de sacrificio.

Comparte este artículo con alguien que lo necesite. Juntos podemos hacer que el trabajo informal sea más seguro y digno.


Dra. Estefania Valderrama Rivera

Fisioterapeuta

Movetica Center Member

3 comentarios

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Johan
03 oct
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Gracias por recordarnos que el bienestar no debería ser un lujo, sino un derecho y entre pausas, posturas y prevencion, tambien me hiciste pensar que el amor empieza por cuidarse a uno mismo.

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Invitado
02 oct
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Nunca antes me hubiera imaginado hacer una análisis de esta población, información valiosa. Gracias.


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Carlos
02 oct
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Muy útil

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